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miércoles, 25 de junio de 2014

¿Está insoportable o tiene un problema de salud?

Un problema de salud, o la falta de descanso, puede hacer que nuestros niños lo pasen muy mal y se muestren insoportables

El día a día de nuestros peques puede resultar agotador, sobre todo para quienes se encargan de cuidarlos. Los niños parecen tener una energía inagotable que a veces supera a cualquier adulto. Ahora bien, para que tengan esta energía hay que atenderles mucho y respetar los ritmos de descanso, alimentación y cuidados que redundan en su salud.



Falta de descanso y humor de perros, ¿a ti no te pasa?

Es bastante común que con el aumento de horas de sol se cambien las rutinas de nuestros niños. Ellos mismos protestan más a la hora de ir a la cama porque ven que todavía no es de noche y se les hace raro. A veces también los adultos tenemos mas vida social y nos apetece estar por ejemplo en una terracita más tiempo que antes disfrutando de las horas de sol. Esto retrasa su hora de acostarse.

También es común que los niños lleguen a la cama sin haber bajado el ritmo de agitación después de una tarde de juegos o demasiado fatigados, lo cual hace que les resulte muy difícil conciliar el sueño. O incluso lleguen tan cansados que les resulte imposible cenar por el agotamiento que tienen.

Si los niños no descansan adecuadamente al final lo normal es que estén mas irritables, cansados y menos dispuestos a obedecernos con lo que a veces son objeto de riñas y castigos que no merecen del todo. Hay que medir y mucho las jornadas a las que se someten nuestros peques y sobre todo, si todavía van al cole, cuidar mucho sus rutinas.

Cuando están de vacaciones se puede cambiar más el modo de vida pero siempre con una base de cuidados que nunca hay que olvidar en niños pequeñitos. Los niños parecen tener una energía inagotable pero también necesitan recargar pilas.

¿Le vas a castigar por estar enfermo?

Otro caso aparte son los problemas de salud que pueden tener nuestros niños. La mayoría de los virus y enfermedades comunes que padecen son precedidos por un periodo de incubación que hace que nuestros niños a veces estén insoportables.

Hay que observar y escuchar a nuestros peques cuando tienen actitudes fuera de lo normal, cuando están demasiado inquietos o lloran por todo. Ellos saben contarnos muchas veces lo que les pasa aunque incluso no hayan adquirido todavía un lenguaje muy elaborado.

El que un niño este malito puede ser un descalabro en una familia, sobre todo si ambos padres trabajan, y es común que en las familias se funcione con el piloto automático y nos demos cuenta un poco tarde de que nuestro bebe o niño pequeño no esta al 100%. A veces después de haber pasado una semana de perros en la que el peque ha estado insoportable, ni come ni duerme bien, y para que siga el ritmo diario encima le hemos tenido que apretar más las tuercas.

Por eso el observar y escuchar a nuestros peques es tan importante, y debemos estar atentos a lo que les pasa, si están demasiado cansados, inapetentes, tienen demasiada sed, no se concentran etc. Hay multitud de síntomas que nos dan pistas para saber que el niño puede estar malito o lo va a estar. Así que armémonos de paciencia y mimémoslos mas que nunca en estas ocasiones. Y aunque sea difícil y complicado, que lo es, cuando estén malitos dejémosles descansar, interrumpamos su vida escolar, y démosles los cuidados que se merecen y que su pediatra nos indicará. Ah!, y cuando las enfermedades sean contagiosas respetemos los tiempos para que nuestros niños no contagien a otros; si todo el mundo lo hiciera los focos de infección se acabarían muy pronto y evitaríamos contagiar en ocasiones y ser contagiados en otras.

Hay enfermedades que necesitan de una observación especial por parte de las familias, como son las intolerancias y alergias; cada vez y por desgracia son mas comunes y hacen que nuestros niños lo pasen muy mal, e incluso les afecte al carácter. Es muy común por ejemplo en casos de niños celiacos que antes de un diagnostico correcto desarrollen un carácter uraño y poco comunicativo; los síntomas de esta enfermedad, cuando no se les ha retirado el gluten de su dieta, son molestos y dolorosos y casi constantes.

Así que, importante, para saber lo que les pasa a nuestros niños en cada momento muchas veces solo hay que escucharles y observarles. Ellos saben expresarse muy bien y a veces los síntomas hablan por si solos. No nos queda otra que permitirles recargar sus pilas aunque haya que tener mucha paciencia y extremar cuidados para que lo logren. Ellos por supuesto se lo merecen.

¿Cómo detectas tú que tu peque no se encuentra bien del todo?